martes, 27 de julio de 2010

¿Es sana la envidia?, o lo que es peor ¿es sano alegrarme de que nos tengan envidia?




Andaba yo en mi retiro espiritual con mis divagaciones y especulaciones varias en la que tenía pensado dar un descanso a mis pensamientos bloggeros hasta mi vuelta de vacaciones, pero mira tú por donde, después de celebrar como todo buen españoool, españooool, españooool, el campeonato mundial del fútbol y de tener presente que, hasta que pase lo contrario, también tenemos el mismo título en baloncesto me encuentro por un lado a Alberto Contador campeón del Tour de Francia y a Fernando Alonso ganando, por fin, otra carrera en Alemania.

Pero, asombrado, observo como, por un lado a Contador le dan palos porque, supuestamente, no respeta el “código ético” al atacar a su rival cuando a éste se le sale la cadena de la bici y por otro, a Alonso, que califican su carrera como fraude porque su compañero de equipo le dejó pasar.

Y digo yo, alguien en su sano juicio ¿no hubiera hecho lo mismo que Contador?, ya ni siquiera voy a referirme al mismo deporte si en la última contrarreloj hubiera pasado lo mismo pero al revés, seguro que Schleck se habría detenido, se hubiera fumado un cigarrito y luego, cuando le dijeran que ya había arreglado la bici, ambos hubieran seguido la prueba, no te fastidia… Pero vayamos más allá, extrapolemos a otros deportes, Fórmula 1 si se te rompiera el coche, jugador de baloncesto que se resbala al hacer un desplazamiento en defensa y deja a su rival sólo frente a la canasta, gimnasta que se le cae una maza ante un ejercicio, etc. etc. etc. Todo eso no tiene nada que ver con el FAIR PLAY, ni en élite ni en formación, sencillamente FORMA PARTE DEL JUEGO, y como tal juego, entran muchas variantes, desde un mal desayuno que puede arruinar tu carrera hasta una salida de la cadena.

Otra cosa es una circunstancia grave como una caída, un accidente o una lesión importante, ahí ya es otro concepto en el que prima la vida y no hay otra opción, es más, lo primero que tienes que hacer es ayudar, pero mezclar ambos conceptos es inadmisible.

Lo de Alonso es otro cantar, que un miembro de tu equipo sea tu enemigo es un problema grave, y que ese mismo miembro y su ingeniero tampoco entiendan lo que es lo mejor para ese equipo anteponiendo intereses individuales es algo que debe ser solventado dentro de ese supuesto equipo y que deberá ser resuelto por el entrenador, perdón, la persona, que corresponda. Lo que es imperdonable es el circo mediático que montaron muchos periodistas acosando a Alonso con preguntas que hubieran sacado de sus casillas al más pintado del tipo si se consideraba que si ganaba el campeonato no estaría manchado por el triunfo conseguido.

No obstante, y para terminar, todo esto me lleva a la misma conclusión, todos estos palos ¿es envidia? ¿envidia de no poder presumir de campeones en tantas disciplinas? Pues si es así, que yo creo que sí, me alegro de esas desgracias ajenas, que sigan intentando desvirtuar los triunfos de España, porque finalmente, la historia sólo recuerda al campeón y nadie nombra a quién intenta manchar su nombre con argumentos sin fundamentos.

Felices vacaciones a todos, me vuelvo a mi retiro espiritual.

domingo, 11 de julio de 2010

¿ALGUIEN DUDA DE QUE NO SEA UN SENTIMIENTO PROPIO?


En unas pocas horas, la selección Española de fútbol se encuentra ante el partido más importante de su historia, la final de una Copa del Mundo que coronará al país campeón del deporte más seguido en el mundo durante los próximos 4 años.

Durante este mes han quedado olvidado las crisis económicas, las diferencias políticas, los nacionalismos exacerbados y si me apuráis, hasta los problemas domésticos de cada uno de nosotros, todo quedaba supeditado al “hoy juega España”.

Y todo ello viene representado por una pléyade de jugadores y cuerpo técnico de los cuales no conocemos nada, sólo que son los “guerreros” que nos representan, cada uno de su club, incluso muchos del F.C. Barcelona con muchas dudas sobre su identidad como representante español con espectáculos tan bochornosos como la pitada en una final de una Copa del Rey o con un ex-presidente abogando por Cataluña como nación independiente con una selección catalana que debería ser su representante en el Mundial.

Sin embargo, nos sentimos identificados con ellos, sufrimos como ellos siendo lo nuestro peor porque no tenemos ninguna compensación económica (cada jugador recibirá 600.000 euros si consiguen el título), esperamos con ansia el momento del partido comentando con amigos, con familia, con los compañeros del trabajo sobre quién debe jugar o no o viendo resúmenes en la televisión dónde nos ponen la misma jugada una y otra y otra vez.

Por eso creo y afirmo que esa masa de gente en la que nos incluimos muchos, sí somos los que nos movemos por un sentimiento, porque no tenemos más premio que ver a otros disfrutar donde nos gustaría estar a nosotros, imaginándonos por ejemplo en ese palco sin haberse gastado un euro para ir a ver el partido y encima en localidad preferente.

Sí, es nuestro sentimiento y estamos orgullosos de ello, porque vamos por encima de muchos que sólo están para figurar y que hacemos caso omiso al típico que te dice: ¿te dan algo si ganan? Y en el fondo sonreímos porque nos da pena que no sea capaz de sentir lo que sentimos nosotros cuando vemos la bandera de España adornando tantos balcones.

Hoy es la final, tengo la ilusión y el sentimiento PROPIO de que ganaremos, porque este partido lo jugamos todos, incluso aquéllos que no entienden.

jueves, 8 de julio de 2010

Art. 1.- EL ENTRENADOR SIEMPRE TIENE LA RAZÓN


No hay ninguna duda sobre el título, y en el improbable e hipotético caso que no la tenga, se aplica siempre el artículo primero.

Llevamos desde el principio del Mundial de fútbol oyendo a múltiples eruditos del fútbol hablando sobre si tiene que jugar tal o cual jugador, que si hay que usar el doble pivote, que si tal y que si cual.

Lo único cierto es que, el único que sabe perfectamente quién está bien o quién no lo está para jugar es el entrenador, o mejor dicho, el cuerpo técnico (que bonito vocablo) y por eso, si al final las cosas no salen como el entrenador desea (que siempre es ganar) la responsabilidad va para él, sin discusión.

Por ello, el buen entrenador es el que no se deja influir por nadie nada más que por su entorno, que hace lo que su conciencia determina en cada momento y que es capaz de recibir todo tipo de información para asimilarla en bien del equipo y siempre según su propia convicción.

Cuentan que el gol de Puyol de ayer vino como consecuencia de una jugada de estrategia que usa el F.C. Barcelona, ello demuestra que Vicente del Bosque tiene tres cosas que siempre debe tener un entrenador:

- Humildad para estudiar lo que hacen los equipos con sus jugadores.
- Inteligencia para aprovecharlo en uso propio.
- Personalidad propia para no dejarse influir (la entrada ayer de Pedro por Torres fue de 10 y a nadie se le ocurrió).

Si se juntan esas dos circunstancias en un entrenador no se podrá garantizar el éxito pero sí la satisfacción del deber cumplido y eso sin contar que esos dos condicionantes llevan detrás muchas horas de trabajo que son las que no se ven.

Enhorabuena al seleccionador de fútbol porque ha demostrado que tiene esas tres virtudes y todo ello pase lo que pase este domingo en el que todos los españoles tenemos una cita con la historia.

lunes, 5 de julio de 2010

LA EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA NECESARIA EN EL ARBITRAJE


Estaba siendo el Mundial de los goles tontos, unas veces el culpable era el portero al que se le acusaba de escasa preparación o calidad ante fallos imperdonables, en otras ocasiones la responsabilidad caía sobre el balón, que tiene nombre propio “Jabulani” y debe ser que le han dado forma de pepino porque si no, no me explico tantas quejas, pero resulta que, desde que empezaron las eliminatorias directas, el mundial ha cogido un protagonista propio: Los árbitros.

 

Ellos se han convertido en chivos expiatorios de muchas de las derrotas sufridas y, probablemente lo sean, lo hemos visto en el Alemania-Inglaterra con un gol válido anulado a los británicos, en el Chile-Argentina obviando un fuera de juego clarísimo de la albiceleste (que, para más INRI, fue repetido una y otra vez por los videomarcadores dejando las vergüenzas colegiales al aire), con otro fuera de juego de Villa (sí, lo fue) en el gol a Portugal, etc. etc. etc.

 

Sabemos que todo avanza de manera vertiginosa y el deporte no es ninguna excepción, usándose medios tecnológicos para mejorar en técnicas de preparación física, en tratamiento de lesiones, en instalaciones, en formas e, inclusive, hasta el punto de controlar cuando va a llover (la Formula 1 es un ejemplo de ello), por todo ello, el arbitraje no puede quedarse tan obsoleto en este aspecto.

 

En este caso el fútbol va muy por detrás del resto, alguna mejora mínima con interfonos y poco más, por ello, es necesario y urgente que la tecnología llegue al colectivo arbitral de todos los deportes, principalmente en el fútbol, para que dejen de creerse que son el único deporte que no necesita de estos medios y, todo ello, sin que tengan que perderse el necesario protagonismo que tienen dichos sujetos en este mundo, ello lograría, en primer lugar, dar una muestra de progreso y segundo, dejar de convertirse en culpable de cosas que, en muchas ocasiones, no son los responsables directos.

 

Ejemplos como el ojo de halcón en tenis o el instant replay en baloncesto deben servir de ejemplo a la FIFA como ejemplo a seguir aunque, todo tiene sus inconvenientes. ¿os imagináis el instant replay en el quinto partido de la ACB y que hubieran dado validez a la canasta del Caja Laboral dejándonos sin la prórroga? Seguro que San Emeterio no hubiera estado a favor.

viernes, 2 de julio de 2010

Phil Jackson y el veneno de entrenar

64 años, una salud delicada, una cuenta corriente que garantiza tanto su existencia como las de varias de sus generaciones sin necesidad de trabajar, 11 anillos de la NBA, un respeto y un reconocimiento mundial y… Phil Jackson renueva un año más por los Lakers, con estas palabras textuales:

«Después de un par de semanas de deliberación, es hora de volver al desafío de armar un equipo que pueda defender el título. Será la última oportunidad para mí, y espero un gran año»,

Y ahora digo yo, ¿qué necesidad tiene este hombre de complicarse la vida de esa manera? Y puestos a esta pregunta, ¿qué necesidad tenemos el resto de nosotros de complicarnos la vida como lo hacemos con nuestros equipos?

Ello me obliga a plantearme si, a lo mejor, no hay tanta diferencia entre uno de los mejores entrenadores del mundo con aquél que sólo tiene a su cargo a un grupo de chicos o chicas que pagan por jugar y que recibe una mísera compensación o algunas veces ni eso.

Ambos (Phil y el anónimo) sufren en las derrotas, se alegran en las victorias, intentan encontrar el famoso “equilibrio” en el equipo, se pasan las 24 horas del día pensando en como mejorarlo, en planificar, en esforzarse. En el caso de Phil se pelea con el periodista de turno que no respeta su trabajo, el anónimo tiene al típico padre o madre que tampoco respeta su trabajo.

Todo eso y más cosas, durante el tiempo que dura la temporada, ocasiona un desgaste bestial y por eso, cuando finaliza la misma (incluso antes), tanto Phil como el anónimo están dispuestos a dejarlo, pero vamos, están tan convencidos que se lo han contado a la familia, a sus amigos (filtraciones a la prensa) y a cualquiera que se tercie.

Pero hete aquí, que, una mañana te levantas y dices, el año que viene voy a ver si el equipo es capaz de…¿¿¿??? Y te quedas poniendo cara de que narices estás diciendo…Pero… ¿no lo iba a dejar?, bueno, mira, quizás, a lo mejor, si acaso… venga, vale, un año más, pero sólo uno eh, prometo que éste es el último y, ese mismo día, comienzas a planificar.

Phil Jackson dice que seguirá “sólo un año más”, el anónimo también. ¿Los creemos?

jueves, 1 de julio de 2010

Sara Carbonero o la ciencia de hablar sin saber


Lo reconozco, llevo mal tratar con gente que habla de temas que no conoce, sería algo parecido a si yo me pusiera a hablar de ciencia cuántica con algún licenciado en física y por ello no puedo evitar, algunas veces ponerme sarcástico con el susodicho y en otras ocasiones ignorarle.
Hoy he decidido usar mi vena sarcástica con las criticas de los "eruditos" de la comunicación audiovisual tipo Urbaneja, diciendo que le parece una aberración ver a Sara Carbonero haciendo su trabajo, estando a unos metros de su novio Iker Casillas.
Hacer aseveraciones de ese tipo me producen un gran trastorno mental porque, poniéndome en la mente de Del Bosque, ¿que haría yo? ¿dejo fuera a Casillas y saco a Reina?, ostras, a ver si va estar su novia en la grada, que seguro que tiene un buen sitio cogido y también lo desestabiliza.
Pues ya está, propongo que, a partir de hoy, se prohiba la entrada a cualquier novia, amiga, amigo o familiar de jugador/a en un terreno de juego para evitar que hayan problemas de falta de concentración, sólo así tendría sentido el comentario y las críticas realizadas a una profesional de los medios de comunicación.
En fin, que mi impresión es que estamos pagando el precio de que un mundial sea retransmitido por una cadena cuya especialidad es el cotilleo (la presencia del equipo informativo en La Noria tuvo que ser de traca) y que sí, abogo por la prohibición de que entren familiares a los partidos, sobre todo de junior para abajo, menos disgustos tendríamos los entrenadores.
Finalmente, termino tal y como he empezado, si no conoces un tema, sólo escucha, no hables, no seas un urbaneja cualquiera que debe saber muy poquito de deportes, ya no de competición, sino de cualquier otro, porque podrías recordarme al típico "listo" que viene diciendo:
- Yo nunca entrenaría un equipo femenino, no las soportaría.
- Pero... ¿cuántos has entrenado?
- Ninguno, pero seguro que no las aguanto.
- Ah vale, entendido, venga hasta luego.
Pues eso, le digo lo mismo a Urbaneja y a los que piensen como él. Hasta luego.