jueves, 8 de julio de 2010

Art. 1.- EL ENTRENADOR SIEMPRE TIENE LA RAZÓN


No hay ninguna duda sobre el título, y en el improbable e hipotético caso que no la tenga, se aplica siempre el artículo primero.

Llevamos desde el principio del Mundial de fútbol oyendo a múltiples eruditos del fútbol hablando sobre si tiene que jugar tal o cual jugador, que si hay que usar el doble pivote, que si tal y que si cual.

Lo único cierto es que, el único que sabe perfectamente quién está bien o quién no lo está para jugar es el entrenador, o mejor dicho, el cuerpo técnico (que bonito vocablo) y por eso, si al final las cosas no salen como el entrenador desea (que siempre es ganar) la responsabilidad va para él, sin discusión.

Por ello, el buen entrenador es el que no se deja influir por nadie nada más que por su entorno, que hace lo que su conciencia determina en cada momento y que es capaz de recibir todo tipo de información para asimilarla en bien del equipo y siempre según su propia convicción.

Cuentan que el gol de Puyol de ayer vino como consecuencia de una jugada de estrategia que usa el F.C. Barcelona, ello demuestra que Vicente del Bosque tiene tres cosas que siempre debe tener un entrenador:

- Humildad para estudiar lo que hacen los equipos con sus jugadores.
- Inteligencia para aprovecharlo en uso propio.
- Personalidad propia para no dejarse influir (la entrada ayer de Pedro por Torres fue de 10 y a nadie se le ocurrió).

Si se juntan esas dos circunstancias en un entrenador no se podrá garantizar el éxito pero sí la satisfacción del deber cumplido y eso sin contar que esos dos condicionantes llevan detrás muchas horas de trabajo que son las que no se ven.

Enhorabuena al seleccionador de fútbol porque ha demostrado que tiene esas tres virtudes y todo ello pase lo que pase este domingo en el que todos los españoles tenemos una cita con la historia.

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